Pilares de poder: por qué calentamos la habitación en Baptiste Yoga

Pilares de poder: por qué calentamos la habitación en Baptiste Yoga

En el próximo curso en línea de YJ, Pillars of Power Yoga, la maestra de Baptiste Yoga, Leah Cullis, dirigirá una inmersión atlética y espiritual en los cinco pilares centrales de Baptiste Yoga: drishti, respiración, base, calor y fluidez. Regístrese ahora en Pillars of Power Yoga para obtener más información sobre Baptiste Yoga y ser el primero en saber cuándo se lanza este curso para mejorar la condición física y la concentración. Aquí, explica cómo practicar en una habitación con calefacción es más profundo, cura y te saca de tu zona de confort.

En Baptiste Yoga utilizamos el calor como herramienta de transformación. El desafío de mantener el equilibrio sobre un pie en una habitación a 95 grados con el sudor corriendo por mis ojos me obliga a concentrarme en mi respiración y mi drishti para superar la incomodidad del momento. Utilizo esa habilidad en la colchoneta para mantenerme centrado cuando la tensión sube en mi vida. Cuando avanzo en conversaciones desafiantes, cuando me siento extendido en todas direcciones por un compromiso excesivo, la claridad que cultivo en Baptiste Yoga me ayuda a mantenerme cimentado en el amor. Sé que si tengo paciencia en medio del fuego, las recompensas me esperan al otro lado.




Las 3 razones principales por las que utilizamos calor en Baptiste Yoga

1. El calor es una herramienta para profundizar en el cuerpo.

En Baptiste Yoga, calentamos la habitación entre 90 y 95 grados, utilizando el calor como herramienta para profundizar en el cuerpo. El calor suaviza los tejidos y músculos y hace que el cuerpo sea más maleable. En Baptiste Yoga, solemos decir que si el vidrio está frío no puedes remodelarlo, pero si aplicas calor al vidrio, puedes darle forma, doblarlo y moldearlo. Lo mismo con el cuerpo. Físicamente, puedes moldear tu cuerpo de una manera que podría no parecer posible cuando te subes por primera vez a tu estera de yoga. A medida que creas esta desaparición de las limitaciones percibidas de tu cuerpo, comienzas a ver dónde podría ser posible algo más que alguna vez pensaste que no podría suceder. El calor disuelve capas de resistencia y viejos patrones de sujeción, física y energéticamente.


2. El sudor cura el cuerpo de forma natural.

El sudor ayuda al cuerpo a liberar toxinas y exceso de desechos. Y cuando añades calor a la habitación, los resultados se multiplican. Hoy en día vivimos en un ambiente tan vertiginoso y tóxico que es importante realizar algún tipo de práctica de enjuague, renovación, desintoxicación y purificación. Un aula con calefacción puede resultar incómoda al principio, pero una vez que accedes a ese poder de purificación, se siente realmente bien.



3. El calor te saca de tu zona de confort.

Es fácil construir una vida muy cómoda y evitar situaciones que no te hagan sentir bien, pero sentirse incómodo es parte del crecimiento. Te ayuda a avanzar y transformarte. Cuando sentimos malestar físico, construimos memoria energética y muscular de que estar incómodo está bien. Es una parte importante para reconfigurar su cuerpo y ver las cosas de una manera nueva. Ser capaz de tolerar el calor durante 60 minutos te enseña cómo “quedarte” mientras estás incómodo, dentro y fuera de la colchoneta. Cuando te sientes incómodo con el compromiso de quemar lo que ya no es necesario, comienzas a aprovechar una profunda reserva de poder interior que puede ayudarte en el trabajo, en tus relaciones con tus seres queridos y en una postura del águila sudorosa.

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